El Baile de San Roque es la tradición más diferenciada vigente en la Comarca del Jiloca, que caracteriza las fiestas patronales de Calamocha en honor a la Virgen de la Asunción y San Roque, celebradas del 14 al 18 de agosto.
Tiene su origen en 1886, creado como un baile para protección al santo, donde se incluyen comentarios y ruegos en forma de poemas llamados ``dichos´´. Cada año desde 1886 los calamochinos repiten su emocionante y particular homenaje al Patrón San Roque en el mes de agosto, jóvenes y no tan jóvenes emprenden el baile.
Tres veces se baila al patrón: el 16 de agosto, día de su fiesta, el 17, día de San Roquico, y el domingo siguiente, cuando se vuelve la imagen a su ermita.
Son aproximadamente trescientos bailadores vestidos de blanco con la faja azul, colocados en dos filas delante de la imagen de la procesión. Cada uno de ellos baile al son de la música con el que tiene delante, detrás, y con el de enfrente.
El baile y la procesión se interrumpen cuando alguna persona quiere comunicar un dicho. Éste se acerca al bailador que lleva el palitroque o bastón con cintas de colores, caracolas y calabazas de peregrino, lo coge y lo levanta, se hace el silencio y entonces el dichero inicia su crónica sobre algún aspecto de la actualidad de la villa, más o menos crítica, sobre las fiestas u otros temas, dirigiéndose al Santo, al que terminará pidiendo ayuda antes de despedirse de él.
La música, de raíz popular, es una adaptación realizada a finales del siglo XIX por Manuel Marina, quien introdujo algunas variaciones para que se pudiera tocar con tambor y dulzaina, pero también con una banda de música.
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